martes, noviembre 29, 2011

Final esperado

El problema terminó como tenía que terminar o aquellos que somos desconfiados por naturaleza dijimos que iba a terminar, en el Congreso y con pelea por lucas más o lucas menos, es decir, en la protección de los intereses económico e ideológicos de los mecenas de nuestros parlamentarios.

Si algún iluso imagino la emergencia del poder popular constituyente y una transversalización de la toma de decisiones de las directrices que guían los grandes lineamientos de nuestra convivencia ciudadana, le informo que en Chile eso podría pasar en muchos años más, ya que, para que ocurra tendríamos que educarnos en la democracia como un sistema de diálogos constantes en el respeto a la diversidad. No puedo negar que fue un buen intento, que finalmente los aires renovados del inicio nos contagiaron a muchos que estábamos sumidos en el más profundo pragmatismo inconciente, pero los voladeros de luces, discurso sin peso específico, la falta de dirección y liderazgo en políticas que apunten a la calidad, permitieron que este movimiento reflejara lo más profundo de nuestra esencia nacional, la incapacidad de derrotar a las fuerzas de la elite dominante que defienden sus intereses por sobre de aquellos que constituyen la “real mayoría de los chilenos”.

Que se viene, primero hartas lucas para sobrecargar el árbol de pascua educativo con “apoyo” que permite desviar el foco del problema, arreglines políticos para maquillar el modelo y seguir llorando año a año cuando salga el SIMCE y la PSU por la “terrible inequidad y segregación del sistema” y no hacer nada para cambiar o mejor dicho seguir haciendo lo que se ha estado haciendo hasta el momento, destruir la educación pública y ojo no exclusivamente por aquellos que creemos que lo desean.

No hay comentarios.: