martes, octubre 18, 2011

Proyección

Comprensible encuentro el ideal reivindicatorio de jóvenes que luchan por una sociedad justa, inclusiva y más humana. Sin ánimo de generalizar, considero que la juventud es el momento de la lucha de lo imposible y es el período de aprendizaje clave para enfrentar una adultez plena. Lo que no comprendo, concibo y deploro, es la actuación de adultos que usan a jóvenes como cajas de resonancia para proyectar sus ideales y frustraciones de metas incumplidas que no son capaces de lograr por sus propios medios.Hace poco tiempo atrás, los padres coincidían en que la protección de los niños era una de las tareas de mayor importancia en cumplimiento de su rol, que exponerlos a que sean maltratados era una afrenta que atentaba contra la familia. En muchas ocasiones protegerlos implicó impedirles, experimentar situaciones atractivas y desafiantes que implicaban mucho riesgo. Más de un disgusto o conflicto acarreaba esta situación.
Actualmente algunos padres hacen lo contrario a estos principios, exponen a sus hijos a ser maltratados y los “apoyan” tomando palco y vociferando consignan que tienen que ver más con reivindicaciones personales que con ideales colectivos que sus hijos manifiestan.Circunstancialmente, hace no más de un mes atrás, escuché a una madre decirle a su hija que tenía que asistir a una marcha independientemente que llueva o truene, ya que, “Tú tienes que estar, que luchar, aunque te mojes” y te enfermes, le agregaría. ¿Estaba realmente conciente la madre de la transferencia simbólica de esas palabras a su hija? ¿Era necesario plateárselo de esa manera? ¿Qué proceso formativo quiso implementar?
Como en la crianza de los hijos debemos poner límites, también debemos trasladarlos a nuestra crianza, es inconcebible proyectar y transferir mis deseos y sueños a mis hijos, cuando nuestro primer objetivo es generar los espacios para que ellos se den cuenta de lo que hacen.

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