martes, septiembre 13, 2011

Nuevas ideas

Existe la sensación de que los cambios sociales que está impulsando el movimiento estudiantil apuntan a entregar las bases de la mejora sustancial del modelo educativo, pero no creo que sea sólo eso, el movimiento va más allá, está sentando las bases morales de cómo entender la convivencia entre personas que habitan un mismo territorio. De a poco se está generando el deseo de expresar las injusticias y generar conciencia para que estas no se transformen en algo normal y cotidiano.

Este movimiento ha repercutido en la forma como observamos las prácticas de quienes detentan el poder político y económico de nuestro país, enseñándonos que nadie está por sobre otro por el sólo hecho de poseer más dinero o pertenecer a otra clase social, estamos en presencia del afianzamiento del sentido de la justicia y la igualdad, tarea que hace muy poco tiempo era una batalla perdida por la ciudadanía.

Pero este movimiento no es de los jóvenes, es un movimiento de ideas del cual deberíamos sentirnos participe todos aquellos que sobrepasamos la treintena, debido a que, las demandas van más allá de la solución de un tema específico, sino que apunta a un cambio estructura de cómo concebimos la política.

Los resultados de este movimiento deberían apuntar a la creación de una ciudadanía participativa de la construcción democrática de un país, independientemente el gobierno de turno y más allá del sistema de elección representativa. Quizás es un objetivo a largo plazo, pero tengo la sensación que las movilizaciones actuales sentaron la base de un desplome de un modelo oligárquico de mercado y está marcando el camino de una democracia más participativa con hincapié en los problemas que afectan a la gente con un alto grado de carga valorica y moral de las acciones de los ciudadanos.

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