miércoles, agosto 24, 2011

Torpeza

El presidente Piñera perdió la gran oportunidad de dar un giro a su desprestigiada e impopular imagen de intransigencia e incapacidad de dialogar que posee desde que asumió el gobierno. Fue incapaz de generar las condiciones para establecer un diálogo directo con los representantes de los estudiantes, que a través de una carta con doce puntos en los cuales quedaban claramente definidos los ejes articuladores del diálogo entre las partes, emplazaban al presidente a definir su postura frente a los puntos polémicos que no han sido abordados por los ofertones y parches que entrega el gobierno cada cierto tiempo.

Es paradójico que un presidente que interpela permanentemente a generar un gran acuerdo nacional no sea capaz de aprovechar esta instancia para mejorar su imagen pública e iniciar la solución de unos de los conflictos de mayor complejidad de estos últimos años.

Lo más probable es que luego de observar el paupérrimo desempeño de los senadores que fueron interpelados en el congreso por los dirigentes estudiantiles, no quiso exponerse a un nuevo papelón, que sería otro más dentro de su triste historia de chascarros. Para no quedar ausente del tema, instruyó a su ministro a trasladar el tema al congreso y continuar con la estrategia del desgaste del movimiento y la utilización de los obsoletos mecanismos institucionales de resolución de los problemas. Los líderes estudiantiles y gran parte de la población no cree en estos mecanismo y con esta medida cierre la puerta y oportunidad de lograr algún acuerdo y profundiza la sensación de inflexibilidad e incapacidad de transar con el modelo que soporta no sólo la economía del país, sino que es el paradigma que le permite al gobierno y su coalición comprender la realidad que puede ver.

Obviamente que la solución del conflicto pasa por el diálogo y flexibilización de las posturas, lamentablemente con la última jugada del gobierno se ve muy difícil una salida pronta al conflicto.

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