Teletransportación Imaginativa

Ese día me di cuenta que estaba pero a la vez no estaba, observaba sus labios cuando hablaban pero no tenía la menor idea lo que decían, realmente no me interesaba, era un dato más a la causa de una evasión necesaria que me traslada a los placenteros momentos y sensaciones de sentir el viento en mi rostro y luchar contra el desafío de superarme trotando en la arena, o sea, estaba en la playa, algunos creyeron que estaba atentamente y concentradamente escuchándolos, pero eso era completamente falso, estaba placenteramente corriendo sobre la arena y observando las gaviotas y el mar, no me interesaba nada lo que decían, más bien me producían gracia sus gestos que eran bastante impetuosos, cuando volvía de mi realidad, analizaba sus discursos y eran más bien proyecciones de lo deseaban hacer y autoengaños permanentes que los legitimaban en su mediocridad. No creo ser superior, pero no tengo ganas de demostrarle a alguien que o quien soy, ya creo haber vivido esa experiencia y es agotadora.

Esta capacidad de teletransportación imaginativa la desarrolle luego de enfrentarme con mucha gente para enrostrarles su estupidez y quedar como el estúpido más grande del mundo, por lo tanto, lo que necesitaba era darme cuenta y a partir de eso buscar una solución y heme aquí: complaciente, comprensivo, tolerante, permisivo, asertivo y completamente evadido, pero no como un método de escape, sino como una forma de sobrellevar la fantasía que es la plataforma de existencia de mi verdadera realidad.