Lo comprendo perfectamente, pero ya lo hemos conversado antes señor P, no está a mi alcance hacer lo que me solicita, no depende de mí, pero… siempre con lo mismo señor G, cree que soy estúpido, que con sus disculpas baratas pretende encubrir su negligencia y con eso me quedaré tranquilo, para nada señor, como usted bien dice, llevamos meses en lo mismo y quiero una solución a mi problema, primero no me quería atender y me derivaba a otros funcionarios de menor rango, luego no sé lo que pasó, me imagino que algún superior se aburrió de mi presencia y le dijo que me atienda para evitar mi presencia diaria, no me importan los motivos pero desde que logro hablar con usted siempre me dice lo mismo y eso no me deja conforme, ya que, está en juego la estabilidad emocional de mi hija, no pueden ser tan crueles y exponerla al maltrato de los funcionarios de su institución y yo debo quedarme y tranquilamente a brazos cruzados permitiendo su inoperancia y avalando el manto de protección que despliegan cada vez que se sienten amenazados, porque más que proteger a nuestro niños, los que ustedes hacen es proteger el nombre y prestigio de su institución, por eso estoy hastiado señor y dispuesto a hacer lo que sea con tal de que se sancionen los comportamientos impropios de estos funcionarios de quinta categoría que dicen ser de excelencia.
En ese momento el señor G extrae una hoja de una carpeta para confrontar las acusaciones de P y las versiones que dieron a conocer los funcionarios de la situación anómala que relata P. Mire señor P, en este documento se confronta lo que usted asevera con las versiones de…, no importa lo que dice ese documentito señor G, son las típicas mentiras para encubrirse y no crea que soy imbécil, ya que, tengo claro que hemos analizado más de una vez ese documento y le he dicho que es una forma de encubrir sus responsabilidades, guárdese el documento donde mejor le quepa, señor, no acepto más documentos ni disculpas, quiero resultados, quiero que se logre llegar al fin de este asunto, porque aunque usted no lo crea señor, todos estos funcionarios que se ven felices riéndose en los pasillos de esta institución, son unos amargados, borrachos, drogadictos y con vidas muy poco ejemplares y más aún se creen importantes y son un tropa de pobres que todo lo que tienen lo han logrado endeudándose por mucho tiempo, por lo tanto, no me dan credibilidad y su hoja menos.
Por otro lado, G más que enfadarse con la actitud de P, trataba de dialogar explicándole que no era un problema que podría tener solución, debido a que, escapaba de las manos de cualquier funcionario por más eficiente que fuese. En ese momento P golpea la mesa y comienza a gritar insultando a G. Sabe que más G, usted es un imbécil, incapaz de solucionar un problema, un rastrero empleado de un sistema perverso, sin posibilidad de ponerse en el lugar de una persona que sufre y en muy poco tiempo utilizaré mis influencias para que lo despidan y nunca más pueda ejercer su profesión, mi hija necesita ayuda señor y usted lo único que hace es exculparse, dígame señor G, ¿Por qué no intenta ayudar a mi hija?. En ese momento G se levanta de su silla y le dice, ¿Sabe porque no intento ni puedo señor P? Por fin sincero G, lo escucho con paciencia, no puedo por lo mismo que le he reiterado las seis veces que ha venido a hablar conmigo luego que pasará el accidente en el que usted era el conductor del vehículo que trasladaba a su hija a nuestra institución, no puedo hacerlo porque su hija está muerta.
En ese momento el señor G extrae una hoja de una carpeta para confrontar las acusaciones de P y las versiones que dieron a conocer los funcionarios de la situación anómala que relata P. Mire señor P, en este documento se confronta lo que usted asevera con las versiones de…, no importa lo que dice ese documentito señor G, son las típicas mentiras para encubrirse y no crea que soy imbécil, ya que, tengo claro que hemos analizado más de una vez ese documento y le he dicho que es una forma de encubrir sus responsabilidades, guárdese el documento donde mejor le quepa, señor, no acepto más documentos ni disculpas, quiero resultados, quiero que se logre llegar al fin de este asunto, porque aunque usted no lo crea señor, todos estos funcionarios que se ven felices riéndose en los pasillos de esta institución, son unos amargados, borrachos, drogadictos y con vidas muy poco ejemplares y más aún se creen importantes y son un tropa de pobres que todo lo que tienen lo han logrado endeudándose por mucho tiempo, por lo tanto, no me dan credibilidad y su hoja menos.
Por otro lado, G más que enfadarse con la actitud de P, trataba de dialogar explicándole que no era un problema que podría tener solución, debido a que, escapaba de las manos de cualquier funcionario por más eficiente que fuese. En ese momento P golpea la mesa y comienza a gritar insultando a G. Sabe que más G, usted es un imbécil, incapaz de solucionar un problema, un rastrero empleado de un sistema perverso, sin posibilidad de ponerse en el lugar de una persona que sufre y en muy poco tiempo utilizaré mis influencias para que lo despidan y nunca más pueda ejercer su profesión, mi hija necesita ayuda señor y usted lo único que hace es exculparse, dígame señor G, ¿Por qué no intenta ayudar a mi hija?. En ese momento G se levanta de su silla y le dice, ¿Sabe porque no intento ni puedo señor P? Por fin sincero G, lo escucho con paciencia, no puedo por lo mismo que le he reiterado las seis veces que ha venido a hablar conmigo luego que pasará el accidente en el que usted era el conductor del vehículo que trasladaba a su hija a nuestra institución, no puedo hacerlo porque su hija está muerta.
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