Desde unos años a esta parte, estamos familiarizados con los las negligencias en la prestación de servicios en entidades públicas y en algunas empresas privadas. Aunque el tema de la salud, el transporte ferroviario y la educación han sido los que han causado mayor repercusión en la opinión pública.
Todos se transforman en fiscalizadores. Desde el obrero hasta el ministro, manifiestan opiniones críticas y son certeros en censurar y castigar con pena de cárcel si es que fuese necesario el mal accionar de los funcionarios involucrados.
Actualmente la salud pública está siendo fuertemente cuestionada por los casos de VIH no informados. Hace unos meses fue la educación. Ahora bien, me pregunto ¿Acaso las negligencias en educación desaparecieron milagrosamente ahora que la salud está en cuestionamiento? ¿La educación y la salud funcionaban tan bien que todos se impresionan con las fallas que salieron a la luz pública? Personalmente creo que no. Tanto ayer como hoy han existido y existirán negligencias que perjudicarán a muchas personas que no tienen responsabilidad alguna. ¿Será que hoy los medios de comunicación han permitido que las denuncias sean públicas? ¿Será que tantos los profesores, médicos u otro funcionario público dejaron de estar en el olimpo para la comunidad y la gente se atreve a denunciarlos? ¿Será que las cosas antes eran peor pero se encubrían en una cómoda impunidad? ¿Será que la noticia vende? A todas estas preguntas tengo respuestas, que no son más que una humilde y simple opinión, que nace de mi capacidad inagotable de crítica (en algunas ocasiones con fundamento) que reivindico e invito a utilizar.
Lógicamente la noticia que afecta al ciudadano común quién es el que mira los noticiarios diariamente es la que vende y genera el rating que financia los canales, además de generar una sensación de temor que, en muchos casos, moviliza a la población al sistema privado que supuestamente genera una SENSACION de mayor “seguridad en la población”
Los médicos, profesores y funcionarios públicos dejaron de ser los “dioses” de antaño, lo que implica que la gente se siente con el derecho de evaluar y criticar su accionar. La masificación de carreras de esta índole, el evidente aumento de los profesionales con escasas competencias en el desempeño de sus labores y el acceso a medios de información (internet) que entregan pautas que facilitan conocer los derechos de los usuarios, permite que la población se sienta con el pleno derecho de exigir un servicio de calidad.
No es mi intención generalizar, tengo la certeza que existen excelentes funcionarios, pero también no puedo dejar de mencionar la apatía y negligencia de muchos que permiten que noticias lamentables como la anteriormente mencionada salga a la luz pública.
Atenuantes a estas situaciones existen, como por ejemplo, la escasa competitividad y motivación por el desarrollo profesional y el incremento salarial. Lo que no justifica no tener la motivación, ganas de aprender, intenciones de mejorar y brindar el mejor servicio a los ciudadanos que tienen menos. Quizás sea un tema de actitud profesional e intención por autosuperarse y más mirarse que echarle la culpa al otro.
Todos se transforman en fiscalizadores. Desde el obrero hasta el ministro, manifiestan opiniones críticas y son certeros en censurar y castigar con pena de cárcel si es que fuese necesario el mal accionar de los funcionarios involucrados.
Actualmente la salud pública está siendo fuertemente cuestionada por los casos de VIH no informados. Hace unos meses fue la educación. Ahora bien, me pregunto ¿Acaso las negligencias en educación desaparecieron milagrosamente ahora que la salud está en cuestionamiento? ¿La educación y la salud funcionaban tan bien que todos se impresionan con las fallas que salieron a la luz pública? Personalmente creo que no. Tanto ayer como hoy han existido y existirán negligencias que perjudicarán a muchas personas que no tienen responsabilidad alguna. ¿Será que hoy los medios de comunicación han permitido que las denuncias sean públicas? ¿Será que tantos los profesores, médicos u otro funcionario público dejaron de estar en el olimpo para la comunidad y la gente se atreve a denunciarlos? ¿Será que las cosas antes eran peor pero se encubrían en una cómoda impunidad? ¿Será que la noticia vende? A todas estas preguntas tengo respuestas, que no son más que una humilde y simple opinión, que nace de mi capacidad inagotable de crítica (en algunas ocasiones con fundamento) que reivindico e invito a utilizar.
Lógicamente la noticia que afecta al ciudadano común quién es el que mira los noticiarios diariamente es la que vende y genera el rating que financia los canales, además de generar una sensación de temor que, en muchos casos, moviliza a la población al sistema privado que supuestamente genera una SENSACION de mayor “seguridad en la población”
Los médicos, profesores y funcionarios públicos dejaron de ser los “dioses” de antaño, lo que implica que la gente se siente con el derecho de evaluar y criticar su accionar. La masificación de carreras de esta índole, el evidente aumento de los profesionales con escasas competencias en el desempeño de sus labores y el acceso a medios de información (internet) que entregan pautas que facilitan conocer los derechos de los usuarios, permite que la población se sienta con el pleno derecho de exigir un servicio de calidad.
No es mi intención generalizar, tengo la certeza que existen excelentes funcionarios, pero también no puedo dejar de mencionar la apatía y negligencia de muchos que permiten que noticias lamentables como la anteriormente mencionada salga a la luz pública.
Atenuantes a estas situaciones existen, como por ejemplo, la escasa competitividad y motivación por el desarrollo profesional y el incremento salarial. Lo que no justifica no tener la motivación, ganas de aprender, intenciones de mejorar y brindar el mejor servicio a los ciudadanos que tienen menos. Quizás sea un tema de actitud profesional e intención por autosuperarse y más mirarse que echarle la culpa al otro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario