martes, noviembre 11, 2008

¿Cambio?

La capacidad de olvido es increíble en nuestra opinión pública y subirse al carro de la victoria es otra de las características distintiva de nuestra condición humana. Escuchar hasta el cansancio la capacidad democrática e inteligencia del pueblo norteamericano por votar por Obama y terminar con el desastroso gobierno de Bush por la vía electoral, es el mensaje que se reproduce por todos los medios de comunicación y está presente en el decir del ciudadano común, que inevitablemente hace eco de lo que dice la tele.
Ahora bien, la aparición de Obama no puedo desconocer que es una señal de sensatez necesaria en momentos en los cuales la inestabilidad estaba penetrando en los países más poderosos del mundo, a través de una crisis del capitalismo predecible y muy bien maquillada por los poderes y medios de comunicación que la hicieron ver como una situación temporal y casi normal en todo sistema económico dominante en el mundo en cualquier época de la historia. Pero ni la crisis fue algo irrelevante ni la inestabilidad fue un detalle de simple solución. La intervención de los estados para regular el mercado financiando los agujeros dejados por la permisividad de las condiciones del sistema económico e intervención de especuladores que no hacen más que aprovechar las licencias que brinda el sistema y asegurarse unos años de comodidad y diversión que todos deseamos pero nuestra “moral” impide declarar. Trajo consigo la vulnerabilidad política del país más poderoso del mundo, debido a que, por un lado se observó la incapacidad de emitir señales claras y mostrar liderazgo en un momento de crisis por parte de Bush y el descontrol de las políticas económicas, que debelaron un dejar hacer sin restricciones que desemboco en la derrota del neoliberalismo en uno de sus postulados esenciales, la libertad del mercado y la nula capacidad de intervención del estado que más que un regulador era un estorbo (premisa de los chicos liberales). Todo esto fue aprovechado por un líder con carisma y aires de renovación, que más que aportar ideas nuevas, basó su triunfo en la esperanza de cambio y mejora de lo que está, que en este caso era el escenario propicio para cualquier político sensato y con algo de sentido común.
Muchos de los medios han pregonado la capacidad de los votantes estadounidenses por optar por una esperanza y/o nueva forma de gobernar, aunque siendo sincero, había que estar muy loco para mantener a un partidario del bando político de Bush o alguien que meridianamente se le aproxime. Por lo tanto, no creo en la tremenda madurez cívica del electorado de Estados Unidos, por que fueron los mismos que eligieron dos veces a Bush y quienes le dieron sobre el 60% de aprobación cuando emprendió una cacería de brujas contra cualquier país en el cual viviese un ciudadano con turbante. Así es señores, son los mismo que creían y aplaudían la política que decía que “los malos son los que no comparte la filosofía estadounidense”. En conclusión y sin desconocer que es preferible el que gano, no les creo señores norteamericanos, más bien, subestimo su capacidad de elegir líderes, ya que, su país tuvo que caer en el hoyo más profundo que podía descender para darse cuenta que los negros y latinos piensan y que los “vaquero” existe en las películas. Ahora bien, con respecto a Obama espero que realice algunos cambios, pero muchas esperanzas de democratización del mundo no veo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La politica internacional de USA no la maneja una persona. Así da lo mismo que kunta kinte o condorito estén en la casa Blanca.son los consorcios economicos que manejan este imperio global. la democracia es solo una forma de dominación.
haroldo

Elias dijo...

Así es y lo complejo que como forma de legitimación es un discurso asumido y compartido por gran parte de la gente, así que para los optimistas solo un mensaje: No todo lo que brilla es oro.

Un saludo gran amigo.