domingo, febrero 10, 2008

Black

Anoche mientras acompaña a la querida y amada persona que comparte el devenir de nuestra existencia de pareja, hurgaba en youtube una serie de videos de grupos que este último tiempo han sido una placentera banda sonora de mis momentos de amor compartido con la Romina, observaba el rostro del vocalista de Panda Bear, Caribou, Jasper TX, Wyatt Robert, etc; complacido por escuchar versiones en vivo de temas que son melodías a los oídos de aquellos momentos en los que me encuentro con los deseos de acceder a melodías que generen sensaciones placenteros y me alejen de transformarme en la caja de resonancia de grupos adolescentes de la actualidad (no se como se denominan) o del tan popular regueton (ni idea como se escribe), que es una de las modas musicales veraniegas insípida y pasajera como muchas otras. Sin darme cuenta, llegué a una de las canciones más impactantes que he escuchado en mi vida, esta es Black de Pearl Jam, temazo y grupazo que removió completamente el baúl de los recuerdos de mi adolescencia y fue la banda sonora de los primeros momentos de mis cuestionamientos existenciales y esperanzas de la construcción de una identidad desligadas de las tendencias populares que existían en aquella época. Si me preguntasen que dice la letra de la canción, no sabría que decirle y realmente no me interesa saber, no pretendo manchar las sensaciones que nacen del momento en que los acordes de la guitarra y la voz rasgada de Vedder penetran por mis oídos y se introducen en algún lugar de mis sentidos y generan una serie de momentos que retrotraen mi vida y generan un estado de reflexividad expresados en una detención en el camino y un mirar hacia atrás de forma madura y cuestionadora. Cuanta agua ha pasado bajo el puente y cuanta pasará, si la vida es un camino, lo veo como sinuoso más que recto, pero camino al fin, que cada uno de nosotros construye y reconstruye y es capaz de observar en un ejercicio de retrospección y sinceramiento interior en el cual me desprendo de toda mascara social y me expongo desnudo desde mis deseos, temores, ambiciones y todas mis ropas reales y me relaciono con mi construcción vital dispuesto a continuar sin antes comprender el motivo que me impulsó a elegir y construir las sinuosidades del camino que me condujo a la estación en la que me encuentro.
Actualmente estoy y soy un hombre que reflexiona desde el equilibrio que entrega el estar en el mejor momento de mi vida, completamente satisfecho de los pasos dados y sin temor a aprender, cambiar, aventurarme y soñar en aquellas cosas que algún día, recostado en mi cama, con una radio 2 en 1, soñé construir escuchando Black de Pearl Jam, con la sola compañía de mis sueños que hoy son realidades e inicio de otras aventuras que construyo en mi mente escuchando y mirando en youtube la presentación en vivo, en el estadio de ferro de Argentina de Pearl Jam.

2 comentarios:

Juan David Salazar dijo...

Faltan momentos...las infaltables imágenes entrecortadas como papel de diario. El devenir. El infaltable acento nostálgico sobre la palabra que se considera necesaria entre visuals, pokemones y micky mouse...
Solo sé que estev tiempo es nuestro por nosotros lo construimos.

Oye pelmazo...se acabó la nostalgia...mi hija tiene casi seis meses y es zurda...

Comunicate.

Elias dijo...

Felicitaciones por tu hijita, un día me imagino que la conoceré. Acerca de lo otro, creo que existe un lugar común entre aquellos que nos sumergimos en la nostalgica meláncolia de aquellos grupos que mezclaban el buen rock con voces rasgadas y letras melancólicas, esto es la capacidad de mirarse y remirarse escuchando los acordes y letras del rock de comienzos de los noventas.

Chao.