Transmutación

Rabia, dolor, pena, desesperanza, frustración, sinsentido, impotencia y desedicha, todo en una mirada, en el escape evasivo de una doloroso existencia. Tantos sueños frustrados, tanta esperanza y deseos. Pensar que el éxito de todos no es el mío y que mi vida es más que eso, al fin y al cabo mientras me observaba y revivia en la dicha de la explosión del deseo de expresar y botar su rabia, en su renacer y exorcismo de sus culpas; observaba y pensaba en lo feliz que puedo ser viviendo las cosas como las estoy viviendo, desde la profundidad de las emociones que me atrapan y subyugan mi razón, al laberinto de la perdida de la noción de poder y protagonismo, neutralizando las ambiciones vitales que en algún momento sacudieron el sentido de la existencia basura de este comensal.

Que quieres que le haga, en realidad encuentro absurdo lo que era vital y vital lo que era cursi, por que mientras no vivas lo que vivo, que nunca lo vas a vivir, no comprenderas mi realidad. Creeras que no puedo envolverme en gran parte de los sentimientos que desaparecen ante la mirada del vulgo.

El acceder solo se logra siguiendo la transparencia de aquella luz que anuncia el caminito del otro sentido de la búsqueda de la existencia.

Cada día son menos los minutos que sus ojos y su proyección se apoderan de su vida. Puede ser que está dejando de creer que su camino está determinado por el dolor, mientras pueda con mis acciones trataré de desencadenar lo contrario.

Con una botella de bock y unas ramitas, sólo con la compañia de unas velas, sin sillas ni mesas, enlazados y atrapados por los ojos más cautivantes que se apoderaron de mi. Junto a quien destruyó la puerta oscura que anteponia mi mundo. Sigó aquí. Y cuidado es el comienzo...