En algunas culturas, cada cierto tiempo, se realizan rituales en los cuales las personas se montan unas máscaras que representaban lo que desean o temen ser, y así, por un momento, hacen todas aquellas cosas que durante un tiempo guardó, reprimió, autocensuro, por el castigo de la presión social o las expectativas de los pares.
No encuentro que sea un mal ejercicio, todo lo contrario, lo creo necesario, ya que es una manera legítima y pública de manifestar la dinámica y complejidad de la cantidad de manifestaciones y representaciones que generamos y recreamos durante nuestra vida.
Lo complejo de esta situación es cuando no somos conciente de las máscaras (necesarias en ocasiones) que no ponemos diariamente y creemos ser y hacer lo que la mascara circunstancial con la que actuamos representa y permite hacer.
No soy contrario del uso de cualquier tipo de máscara, pero temo y creo que no todos somos capaces de despojarnos de esta y terminamos atrapados en el juego de ser lo que la máscara es.
No encuentro que sea un mal ejercicio, todo lo contrario, lo creo necesario, ya que es una manera legítima y pública de manifestar la dinámica y complejidad de la cantidad de manifestaciones y representaciones que generamos y recreamos durante nuestra vida.
Lo complejo de esta situación es cuando no somos conciente de las máscaras (necesarias en ocasiones) que no ponemos diariamente y creemos ser y hacer lo que la mascara circunstancial con la que actuamos representa y permite hacer.
No soy contrario del uso de cualquier tipo de máscara, pero temo y creo que no todos somos capaces de despojarnos de esta y terminamos atrapados en el juego de ser lo que la máscara es.
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