No es novedoso plantear que vivimos inmersos en el caos total, que nuestra vida se desarrolla en la conjunción de certidumbres/incertidumbres que escapan a nuestro control y que las emociones, como escenario de confluencias en la cuales nos relacionamos, son pretextos que invalidan los argumentos racionales que justifican nuestros actos.
Soy escéptico a establecer una correlación entre mi capacidad de transformación y la sumatoria de los años de mi vida.
Me veo en otros permanentemente y eso me entrega la confianza de creer en la agudeza de mi capacidad autorreflexiva, que me posiciona cómodamente como observador participante del teatro de las relaciones dinámicas y cambiantes donde convivo y me relaciono con mis pares.
Cuando me doy cuenta como actuaba y lo veo reflejado en otro, accedo al traslado de situaciones pasadas que distorsionan la certeza de la conciencia de mi existencia en el presente ¿Dónde estoy cuando pienso en lo que fui? No lo sé, quizás navego sólo en el recuerdo del pasado o me traslado temporalmente a un espacio/tiempo similar al presente.
Es el desarrollo de acertijos o un complejo juego de palabras. Creo desplazarme temporalmente a muchos lugares y tiempos durante el día y elijo dentro de las opciones de traslado las que son más apropiadas a las circunstancias del momento. Merodeo las puertas que me permiten elegir entre las posibles opciones de traslado generando certezas y áreas de dominio que corroboren mi presencia en un tiempo y un espacio vivencial.
¿Es más real sentirme transportado al espacio del recuerdo reconstruido a mi antojo con las particularidades necesarias para satisfacer mi necesidad de asistencia a un lugar necesario para justificar mis acciones presentes o vivir en la incertidumbre de no asimilar el presente hasta el momento que se transforma en pasado?
Verme en otros en mi elección, que distorsiona totalmente al otro que deja de ser otro y se transforma en lo que deseo que sea para justificar mi necesidad de corroboración de transformación que me permita seguir creciendo. Quizás sea un discurso útil que me genere certezas que en la sumatoria de los factores que de como resultado la felicidad o el amor, que se transformarían en la resultante de seguridades y certezas de otro que son acompañadas de confianza en las palabras y en las sensaciones que escapan a la razón y se transforman en la opción apropiada que deseo tomar como una manera de creer que no todo es malo y la felicidad y el amor van de la mano con la seguridad y la confianza de lo apropiado que justifique ese sueño idílico y onírico de construcción de certidumbres en la incertidumbre.
Cuando pienso que muchos hacen lo que hacía y que creen que lo hacen bien sabiendo que cuando lo hice lo pasé mal, me dan ganas de decirles que si ambos estuviésemos subiendo la escalera al cielo en este momento, estoy un peldaño más arriba que el/ella, pero no quiero y no puedo decírselos, por que la conciencia del cambio parte por el auto(re)conocimiento y la capacidad autorreflexiva de sentir deseos de escuchar las voces que permanentemente a tu alrededor te entregan los caminos que muestran las opciones de enfrentar una nueva forma de aventurarse en esta tarea llamada vida.
Si el futuro fuesen 5 puertas, de las cuales desconozco lo que puedo encontrar detrás de cada una, me dejaría llevar por el instinto, la pasión y la fe en mis deseos y sensaciones, asumiendo que vivo en el caos y que cualquier alternativa a la que opte será diferente una de otra y que toda la cadena de acciones y reacciones seran diferentes independientemente de la puerta que abra, pero más que un juego de probabilidades, la partida se reduce a lo más irracional del mundo, los instintos, sentidos y emociones, gatilladores profundos de las acciones humanas.
Soy escéptico a establecer una correlación entre mi capacidad de transformación y la sumatoria de los años de mi vida.
Me veo en otros permanentemente y eso me entrega la confianza de creer en la agudeza de mi capacidad autorreflexiva, que me posiciona cómodamente como observador participante del teatro de las relaciones dinámicas y cambiantes donde convivo y me relaciono con mis pares.
Cuando me doy cuenta como actuaba y lo veo reflejado en otro, accedo al traslado de situaciones pasadas que distorsionan la certeza de la conciencia de mi existencia en el presente ¿Dónde estoy cuando pienso en lo que fui? No lo sé, quizás navego sólo en el recuerdo del pasado o me traslado temporalmente a un espacio/tiempo similar al presente.
Es el desarrollo de acertijos o un complejo juego de palabras. Creo desplazarme temporalmente a muchos lugares y tiempos durante el día y elijo dentro de las opciones de traslado las que son más apropiadas a las circunstancias del momento. Merodeo las puertas que me permiten elegir entre las posibles opciones de traslado generando certezas y áreas de dominio que corroboren mi presencia en un tiempo y un espacio vivencial.
¿Es más real sentirme transportado al espacio del recuerdo reconstruido a mi antojo con las particularidades necesarias para satisfacer mi necesidad de asistencia a un lugar necesario para justificar mis acciones presentes o vivir en la incertidumbre de no asimilar el presente hasta el momento que se transforma en pasado?
Verme en otros en mi elección, que distorsiona totalmente al otro que deja de ser otro y se transforma en lo que deseo que sea para justificar mi necesidad de corroboración de transformación que me permita seguir creciendo. Quizás sea un discurso útil que me genere certezas que en la sumatoria de los factores que de como resultado la felicidad o el amor, que se transformarían en la resultante de seguridades y certezas de otro que son acompañadas de confianza en las palabras y en las sensaciones que escapan a la razón y se transforman en la opción apropiada que deseo tomar como una manera de creer que no todo es malo y la felicidad y el amor van de la mano con la seguridad y la confianza de lo apropiado que justifique ese sueño idílico y onírico de construcción de certidumbres en la incertidumbre.
Cuando pienso que muchos hacen lo que hacía y que creen que lo hacen bien sabiendo que cuando lo hice lo pasé mal, me dan ganas de decirles que si ambos estuviésemos subiendo la escalera al cielo en este momento, estoy un peldaño más arriba que el/ella, pero no quiero y no puedo decírselos, por que la conciencia del cambio parte por el auto(re)conocimiento y la capacidad autorreflexiva de sentir deseos de escuchar las voces que permanentemente a tu alrededor te entregan los caminos que muestran las opciones de enfrentar una nueva forma de aventurarse en esta tarea llamada vida.
Si el futuro fuesen 5 puertas, de las cuales desconozco lo que puedo encontrar detrás de cada una, me dejaría llevar por el instinto, la pasión y la fe en mis deseos y sensaciones, asumiendo que vivo en el caos y que cualquier alternativa a la que opte será diferente una de otra y que toda la cadena de acciones y reacciones seran diferentes independientemente de la puerta que abra, pero más que un juego de probabilidades, la partida se reduce a lo más irracional del mundo, los instintos, sentidos y emociones, gatilladores profundos de las acciones humanas.
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