No era rabia lo que me originaba, sino más bien odio. Brotaba en mí una sensación de aniquilamiento sólo por el hecho de tenerlo cerca. Su hedor contaminaba el espacio en el que me desenvolvía, no era un problema de él, lo tenía más que claro, era más bien una necesidad patológica de exterminio que nacía desde lo más profundo de mis impulso a raíz de sus palabras, gestos, movimientos y todo aquello que emanaba de su presencia. Recuerdo el día en que lo conocí, me pareció agradable, bastante irónico, más aún, diría que corrosivamente sarcástico. Desde ese momento pensé que era una forma de encubrir su timidez y de decirle a los otros que estaba por sobre todos y que no necesitaba convivir con nadie por que era autosuficiente. Eso no me pareció mal, lo encontré atrevido y rupturista, pero cuando me adentré más en su forma de relacionarse con las personas, encontré a un ser que era incapaz de verse a sí mismo y que pretendía crear una atmósfera de admiración que no convencía a nadie, sólo a él mismo.
Muchos años tuve las ganas de gritárselo a la cara, pero no era capaz de hacerlo, mi cobardía me limitaba, pero sabía que un día lo tenía que lograr.
Ese día llegó de la manera más imprevista que jamás me habría imaginado, las circunstancias del desenlace acontecen en su casa, que era inexpresiva como su rostro, justo ese día lo encontré riéndose de una persona y le dije que nadie merece que se burlen de esa manera de un ser humano, el se indignó, me descalificó, se puso a la defensiva y no me dejó hablar, saco de un gaveta de su cocina un cuchillo para eliminarme y forcejeamos un rato, trate de vencerlo empujándolo contra la pared y cuando creí que lo lograba se recuperó arrojándose hacía mí y cortando mi rostro con sus vidrios. Sentí pánico al observar correr sangre sobre mi rostro, sabía que tenía que hacer algo y no dudé, me impulsé violentamente contra su cuerpo y lo patié tan violentamente que lo destrocé por completo. Allí yacía totalmente desarticulado, demostrando su fragilidad que tan bien ocultaba diariamente. Nunca imaginé que podía deshacerme de él, pero lo logré. Sentí una satisfacción extremo, el verme reflejado me permitió superar la trampa que tejí para justificar mis acciones, por que indistintamente de su fortaleza, era yo quién lo alimentaba y le entregaba un poder inconmensurable que nacía de mi debilidad de asumir mis deseos de cambio.
Cada día que paso por ese lugar lo observo y medito en torno a la posibilidad de su reconstrucción inesperada, eso me aterra, pero de igual forma, me impulsa a seguir avanzando en la construcción de otro espejo que refleje mi presente y destruya mi pasado.
Muchos años tuve las ganas de gritárselo a la cara, pero no era capaz de hacerlo, mi cobardía me limitaba, pero sabía que un día lo tenía que lograr.
Ese día llegó de la manera más imprevista que jamás me habría imaginado, las circunstancias del desenlace acontecen en su casa, que era inexpresiva como su rostro, justo ese día lo encontré riéndose de una persona y le dije que nadie merece que se burlen de esa manera de un ser humano, el se indignó, me descalificó, se puso a la defensiva y no me dejó hablar, saco de un gaveta de su cocina un cuchillo para eliminarme y forcejeamos un rato, trate de vencerlo empujándolo contra la pared y cuando creí que lo lograba se recuperó arrojándose hacía mí y cortando mi rostro con sus vidrios. Sentí pánico al observar correr sangre sobre mi rostro, sabía que tenía que hacer algo y no dudé, me impulsé violentamente contra su cuerpo y lo patié tan violentamente que lo destrocé por completo. Allí yacía totalmente desarticulado, demostrando su fragilidad que tan bien ocultaba diariamente. Nunca imaginé que podía deshacerme de él, pero lo logré. Sentí una satisfacción extremo, el verme reflejado me permitió superar la trampa que tejí para justificar mis acciones, por que indistintamente de su fortaleza, era yo quién lo alimentaba y le entregaba un poder inconmensurable que nacía de mi debilidad de asumir mis deseos de cambio.
Cada día que paso por ese lugar lo observo y medito en torno a la posibilidad de su reconstrucción inesperada, eso me aterra, pero de igual forma, me impulsa a seguir avanzando en la construcción de otro espejo que refleje mi presente y destruya mi pasado.
5 comentarios:
Lo importante es que ahora eres casi casi un encanto.
Te amo
Romina
Hola profesor
Nunca me habia detenido a ver su blog, debio ser por la falta de tiempo, pero ahora que estoy de vacaciones me puse ha ver estas paginas. quero decirle que esta muy interesante, varias cosas que lei me gustaron.
Espero que este myu bien, por mi parte estudio en la catolica un poco desconforme con la carrera pero es lo que hay ja.
saludos de su ex alumna Natalia Espinoza
A profe aca esta el comienzo de mi nuevo blog
Lo más probable que en un tiempo lo sea.
Te amo Romina
ánimo natalia y agradecido por tu comentario. Confio que lo que elijas lo hagas por tu beneficio y lo medites bien.
Chao
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