viernes, junio 16, 2006

Lectura histórica

La certeza y confianza indiscutible de un texto histórico se rompe al descubrir el contexto de desarrollo del autor especialmente enfocado a lo que dice y no dice (tema del más de una vez escribí) y desde donde lo dice, las instituciones desde donde está situado como las tradiciones de la época no son extrapolables en el tiempo a la contigencia relacional actual. Por lo tanto, la construcción discursiva entra en conflicto cuando indagamos acerca de la utilización de los siginificados desarrollado en la época en la cual se construyo el texto.
Más que un problema semántico, es un problema de rigurosidad en la búsqueda del orígen de los enunciados discursivos que subyacen en el texto y que, en muchas ocasiones, develan una serie de acontecimientos, relacionados al ajuste de la persona que escribe y el entorno desde donde lo realiza, que escapan a la lectura preliminar de quien los lee.
Si escapamos a las certidumbres, nos podemos dar cuenta de la posibilidad de descubrir mundos ocultos que en algún momento no logramos ver cuando leemos el texto histórico pretendiendo encontrar en el certezas que nos lleven a creer en una mirada objetiva de la realidad narrada por el observador histórico de la época en la cual es texto se construye.

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