Soy profesor secundario, provengo de una familia de esfuerzo, soy soltero, vivo en Temuco, nací en Puerto Natales. Mis padres no accedieron a la enseñanza media y valoro su esfuerzo para haberme entregado lo que ellos consideraron que era su herencia más preciada, la educación. La pedagogía fue mi opción, de la cual no me encuentro arrepentido y cada día más siento que fue la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida. Tengo 31 años de vida y creo conocer el sistema educacional. Mi trabajo lo he realizado en la ecuación pública, privada, con financiamiento compartido, rural, adulta, universitaria, capacitación a docentes de enseñanza media, en equipos técnicos al interior de establecimientos secundarios, asesorando centros de alumnos, dirigiendo programas de preparación para ingreso a la universidad, coordinando equipos de profesores y participando en equipos de gestión internas. La educación es mi pasión, y lo que más aprecio es ingresar a un aula y tratar de generar espacios de aprendizaje que propicien transformaciones en los educandos. Me apasiona observar la superación de mis educandos. Toda esta introducción creo que es necesaria, por que es imposible separar mi mirada del mundo educativo de mi ser.Como docente secundario, quiero dar a conocer mi opinión acerca de una de las demandas del conflicto estudiantil, que no ha sido suficientemente analizada, me refiero al tema de la calidad de la educación. Desde mi punto de vista, el problema de la calidad de la educación, presenta una de sus grandes dilemas en el desarrollo de las interacciones comunicativas que ocurren al interior del aula. Debido a que, ninguna de las críticas que he escuchado en torno a la calidad de la educación, define que se entiende por calidad de la educación. ¿Cómo fundamento esto? A través de escuchar, observar y dialogar en torno a las dificultades que se recogen de las descripciones que realizan educandos, educadores, padres y cuerpos directivos acerca de la caja negra que en un momento determinado se transforma el aprendizaje que ocurre en el aula.No pretendo transformarme en un juez, tarea simple en la coyuntura que vivimos, pero quiero generar un llamado de atención acerca de la función que cumple un actor social trascendente en la generación de aprendizaje como es el docente. Tradicionalmente cuando uno pide opiniones acerca del motivo de la sensación de deficiencia de la calidad de la educación chilena a nuestros educandos se dice “es que los profes son malos”, pero, ¿Qué involucra esta afirmación? ¿Qué significa que los profes sean malos?
Primero, plantean nuestro estudiantes, es que las cosas que se aprenden en el aula no tienen relación con el mundo actual. Obviamente y, más aún, considero totalmente correcta esta afirmación, debido a que todavía en muchas de nuestros establecimientos se potencia la transmisión de información “objetivizada”, también denominada “envasada”, traspasada a través de un ritual anual que es una copia calcada del proceso que realiza el docente con el curso del año anterior. Esto lo considero tremendo error, debido a que, los cursos son diferentes, por lo tanto, las personas que lo integran tienes diversos intereses, ritmos de aprendizajes, estilos y necesidades y el docentes no es el mismo del año anterior, o sea, también cambio; leyó nuevos textos, dialogo con otras personas, se transformó, por lo tanto, aprendió. Ahora bien, alguien podría pensar que mi divagación es algo inocente, debido a que este sistema esta validado por los resultados en las pruebas de medición externa, tanto SIMCE como PSU. Claro que sí, tiene toda la razón, este sistema de transmisión de información permite al educando “memorión” dar una tremenda prueba y sacar un “gran puntaje”, desacreditando a todos los que creemos que aprender es apropiarse de la información respetando la diversidad individual e integración social respecto a los contextos donde se aprende. En síntesis, si no modificamos las finalidades teleológicas del sistema educativo, pocas transformaciones en calidad podemos lograr. Por lo que mi sugerencia pasa por: generar un consenso nacional aplicado acerca de la forma de generar aprendizajes, centrado en; el respeto a la diversidad, las inquietudes individuales, el contextos de desarrollo, las motivaciones personales, la tolerancia, etc. A través de metodologías como la resolución de problemas, el análisis hermenéutico, el trabajo en proyectos y otras estrategias. Como también transparentar el proceso de aprendizaje a los educandos, permitiéndoles participar en la construcción de la planificación trimestral o semestral, comprometerse a cumplir fechas de los procesos evaluativos, generar diversas estrategias de evaluación, como metodologías activas – participativas y una estructura didáctica epistemológicas acorde con las actividades anteriores y que se centre en el aprender con todos y no contra algunos. Para todo esto necesitamos sentarnos a conversar y que los docentes adquieran un compromiso ético- profesional, que obviamente no se puede dar desde el ideal, sino que también tenemos que remontarnos a la realidad, que abre el debate a mi segundo punto a analizar, las condiciones de los docentes secundarios hoy.El docente secundario hoy cumple variados roles en un establecimiento, es psicólogo, amigo, padre, gendarme, etc. Y en muy pocas ocasiones mediador del aprendizaje. El mundo actual requiere de docentes actualizados, inquietos intelectualmente, informados y ambiciosos en el mundo del aprendizaje. Esto en nuestro país es muy difícil, puesto que, los sueldos de los profesores secundarios permiten vivir medianamente, o más bien sobrevivir, pero no logran generar excedentes necesarios para lograr cubrir los requerimientos anteriormente nombrados, necesarios para la transformación de la calidad de la educación. Esto se explica muy fácilmente. Una de las formas socialmente aceptadas para la superación personal en el área profesional es dialogar y leer. Tarea hoy dificultosa para un docente, debido a que, tanto los libros como los cursos de perfeccionamiento de calidad son costosos e imposibilitan un acceso masivo para lo docentes que tienen que mantener un familia y quieren mejorar su práctica educativa. Lo otro, un acceso universalmente aceptado por la comunidad mundial para aprender es el acceso a Internet, pero ¿Cuantas posibilidades tiene un docente de pagar un servicio de calidad de banda ancha cuando los planes son tan elevados? Y por último, la situación de los profesores es tan deteriorada hoy que el reconocimiento social es bajísimo, por lo que muchos profesores se avergüenzan de admitir su condición de educadores. ¿Qué hacer? Generar las condiciones de mejoramiento de la calidad de vida de los profesores, para que de una vez por todas, dejemos de ser profesores “taxis”, con jornadas en tres o cuatro colegios y sentirnos orgulloso de nuestro trabajo, que obviamente en una situación óptima permitiría acceder a los espacios educativos con otra disposición. Las entidades centrales tienen que establecer una política salirial acorde a la calidad de aprendizajes que se generan en los espacios educativos donde se desarrollan el proceso de aprendizaje y para velar que esto sea efectivo, los docentes tenemos que estar dispuestos a evaluarnos.El tema de la evaluación docente tiene que ser abordado de forma participativa, o sea por todos los actores involucrados en el proceso. El docente debe ser evaluado por los educandos, los padres, la dirección, sostenedores, sus pares y autoevaluarse. Cruzar información, observar deficiencias y fortalezas, tanto en aspectos cognitivos, procedimentales y ontológicas. Una evaluación centrada en la mejora y no en la amenaza y que apunte directamente al mejoramiento de la calidad de la educación con la asesoría de profesionales idóneos, que no sirven escribiendo artículos y publicándolos en lindos libros, sino que son útiles en las escuelas, trasladando sus experiencias y sugerencias de cambios al proceso de la calidad de la educación.
Para concluir, con este breve y superficial análisis no pretendo entregar la solución a los problemas ni hacer creer que abordando estos tres puntos el problema desaparecerá, es solo una mirada muy “subjetiva” del problema que pretende generar debate a un tema del cual todos hablan pero nadie profundiza, que es la calidad de la educación.
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