¿Quién es usted señor? ¿De qué se esconde? ¿A quién quiere dictaminar lecciones de vida? ¿Cuál es su juego? ¿Provocar? ¿Manipular a este humilde obrero para lograr una reacción furiosa? En parte lo logra señor, pero desde su atrevimiento y su superficialidad en el pensar que asume desde la arrogancia del descompromiso y un pseudo nihilismo, pseudo blog, transnochado. Desde allí es fácil señor, cualquiera dispara y da lecciones morales ¿Pero quién es? ¿Identifiquese? ¿Jueguesela? No se arranque de lo que es y de su realidad, no se oculte detrás de un mascara de apariencias sabiendo que siente lo mismo que los otros. ¿Todavía no es? Entonces luche por serlo. ¿Qué facíl es ser un utilitario? ¿Acaso no somos hijos de nuestras teorías? Pero para serlo tiene que madurarlas y no temerles. ¿Constructivismo social? ¿Narración? ¿Esa es la moda?. Me parece señor, pero no es el fin, es una ventana hacia la realidad.
!Muestrese!. Viva desde lo que quiere ser. Mire lo que existe desde el fondo de la emoción ¿No reivindica extrañamente la emoción e impone la razón al destruir la creación?. NO LE CREO SEÑOR. Encante a los insensatos, seduzca con su retótica a los débiles, pero a mí no. No estoy dispuesto. No lo tolero. No es mi juego.
P.D: Y nada más.
3 comentarios:
No son lecciones morales. No son imposiciones. Sólo son palabras arrojadas en un espacio que no es tal. El que quiere significar el mundo y mnis palabras de la manera en que quiere, que lo haga. Pero que se responsabilice de los significados que crea. Yo lo hago. Y aunque no pongo mi nombre real, lo hago (de hecho el no poner mi nombre real en nada relacionado con Internet no tiene que ver con el temor a ser descubierto o algo así). Es nada más un juego. Algunos se ríen, otros terminan el texto a través de los comentarios. Alta flexibilidad. Nadie se amarga. No es nihilismo, en cierta parte es existencialismo; la vida no se hace a través del blog, está allá afuera. Me burlo de aquellos que se dan la tarea de exponer y ordenar sus teorías en un blog, y no en una reflexión de fin de semana. No siento lo mismo que los otros. Mi vida se está ordenando en función de coordinarme emocionalemente con la gente. No es arrogancia; lo parece porque es parte del juego. En definitiva, es un juego tan absurdo como los juegos infantiles. Son esos juegos que establecían los personajes femeninos de las novelas de Sartré. Son textos elaborados en un momento específico, poseído por emociones análogas-continuas, reducidas a lenguaje discreto-digital; contingentes.
Teorías hay muchas. El juego lleva al consenso. Me burlo de los que exponen sin ánimo de consenso; sino, hubiera dejado los comentarios bloqueados.
Eso.
Reivindico su derecho a la expresión y agudizo la contradicción del discenso. Aunque no puedo desconocer su arrojo de mostrarse en pleno, desde las explicaciones del actuar. Mi "estar-en-el-mundo" es mi responsabilidad y por lo tanto, está en mí la posibilidad de significar lo significado.
Mis respetos, pero no baje la guardia señor.
Adios
Desde el momento en que hice mi primera comunión en la Iglesia Constructivista de Séptimo Infierno, que juré no volver a caer en el pecado metafìsico de la certidumbre. No bajaré la guardia, señor.
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